A quererte no me gana nadie...

Recuerdo ese momento en el que todo empezó a parar el tiempo y hacer crecer sentimientos. Recuerdo ese instante en el que mi mente dejó de pensar con claridad a pensar que decían cada una de tus miradas. Recuerdo ese día en el que nuestras bocas susurraban palabras sueltas que queríamos decir sin oírlas. Nos costaba tanto...
Y como olvidar ese día en el que nuestras únicas discusiones eran solo si podíamos o no podíamos querernos realmente sin antes haber dejado que nuestros labios se fusionasen en un beso. No es que no quisiera que pasara, no creáis que es así, simplemente no puedo tenerle a mi lado agarrando mi mano mientras paseamos por nuevas rutas no recorridas antes por un "nosotros".
Ahora, mi discusión favorita es en la que ambos queremos demostrar que, lo que uno siente, es mas fuerte que lo que pueda sentir el otro. Pueden parecernos simples palabras formando frases muy sonadas en muchas parejas, pero sé que podemos hacerlas tomar otro significado ya que siempre, nosotros, hemos cambiado el significado que tuvimos en un pasado de sentimientos que creíamos asesinados por la soledad que sentían nuestros corazones.
Esas discusiones empezaban con un "te quiero" y seguían por "Y yo a ti". Pero terminaban con las crueles palabras que me parten en mil porque sé que, aunque lo digas y yo responda con una sonrisa, yo siempre te voy a querer más.

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